:: Historia de una muñeca ::


Cuando se iba a la escuela la dejaba acostada en su cama, tapadita. Cuando estaba enojada la retaba y quedaba tirada en un rincón con un brazo para arriba y el cabello revuelto. Quieta. Horas.
Cuando le daba culpa la mecía y alimentaba como un bebé. Cuando su mamá no la veía le cortaba un poco el pelo "las puntitas, así crece más fuerte". Un día la metió en la pelopincho y su mamá la retó. El pelo desde entonces era una virulana alocada. A su vecino se la revoleó por la cabeza en un carnaval violento de bombuchas. A sus amiga Sandra no se la prestaba mucho. La escondía en el cajón de las bombachas cuando venía.
Su tía le decía que se veía roñosa, que ya le iba a regalar una nueva. Su tía no entendía que todos los perros son lindos y que el pan con manteca era mejor que las tenebrosas galletas de arroz que se pegan en el paladar.

Un día la encontró en una caja junto con los Pin y Pon y el diario íntimo de Hendy. Ese día se le corrió todo el rímel.

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