:: Historia de una mujer pensando sentada al borde de su cama::



"Yo sé que no quería saber la verdad. Pero soy así de boba, soy la boluda de la película de terror que en vez de irse del bosque porque es de noche, va a mirar de dónde viene el ruido raro y se encuentra con un payaso con los dientes amarillos y uñas largas que la quiere matar. Y la mata.


Pero parece que es heroico meterse donde uno no debe con la bandera de la "verdad" y beber hasta el fondo el trago amargo de la intimidad del otro. Y sí, hace tiempo que dormimos juntos, le conozco cada lunar de su cuello y los 5 pares de medias que más usa ¿Y? ¿Por eso debo saber todo? ¿Porque caga en mi baño toda su intimidad es mía ahora?

La puta madre. Está cogiendo con la mina esa. La re puta madre que lo re parió. Qué carajo hago. Quién me dijo que eso no era posible, de dónde puta saqué esa idea, en qué burbuja me metí, cuándo entré en esta película naif del HBO family. La cagada es que ahora le tengo que hechar la culpa a alguien. ¿Es culpa suya o mía? ¿La de su entorno que son medio garcas? ¿De su hermana que me odia y se la presentó? ¿De la sociedad? ¿Qué mierda estoy preguntándome, "la sociedad"? Pedazo de chota, ¿ahora voy a racionalizar con explicaciones culturales-filosóficas cuando lo que quiero es deshuesar un pollo a patadas olímpicas? ¿Por qué necesito putear a alguien ahora la concha de su madre? Me cago en este humor, siento que me sale humo verde de la cabeza, que me voy a volver loca.

Mi mamá siempre me dijo que cuando estoy mal en vez de ponerme triste y llorar, por ejemplo, puteo, me enojo, me sale la tanada. Pareciera que la opción primera, la reacción tendría que ser la de llorar como una descosida, una niña desilusionada, herida en su fantasía mágica, la nena tontita que pensó tener de vecino a Charles Ingalls. Ey, pelotuda, Charles se manoseaba a la Nelly Olson en el granero y nunca lo supiste.

No, basta. Tampoco es mi culpa por querer creer. No, señor. ¿Está mal confiar en los que amamos? ¡Mi mamá me ayudaba a escribir la cartita de Papá Noel y mi papá sonreía! ¡Por favor, cómo no creer en la magia! ¡Y ayer él me dijo que no se veía con nadie! ¡Que iba a jugar al fútbol, que no sea loca!

¿Seguiré escribiendo cartitas hasta que venga el barbudo con sus renos y me diga "¡Ho, ho, ho!"? ¿Me encontraré con gente que sigue poniendo sus dientes bajo la almohada? ¿Podré protagonizar una de esa películas navideñas que pasan en Canal 9 en diciembre? ¿Pasaré vergüenza por crédula? ¿Sentiré el papelón en mis mejillas y seré una vieja bruja? ¿O terminaré siendo como una viejita Wendy que cuenta historias coloridas y felices? "


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