:: Historia de una velada ::


Comprá un vino rico. Cortá queso en daditos. Sacá y enjuagá unas copas de vidrio. Prendé una vela. Qué huela bien el ambiente. Sí, usá el hornito nuevo. Fijate que el baño tenga papel y guardá la cera. Las sábanas limpias. No ordenes tanto que queda mal. Música, por favor. Relajate... claro, andá sirviéndote vino. Si viene, le ofrecés y queda casual. Poné las piernas en alto. Mirá la revista, lee algún artículo. Distraete.

Y sí, servite de nuevo. No estaría mal que te encuentre borracha. Obvio que descalza está bien. Es tu casa.

Sí, servite lo que queda. Traé el pan, la mayonesa y terminate el queso. Más vale, sacate el corpiño y trae la lima de las uñas. Aprovechá y poné a cargar el cel. No. No le llames. Muy bien. No, mensaje tampoco. Claro, no te confirmó que venía. Vos querías esperarlo "por las dudas". No sientas pena por tomarte el vino entero. Rata. Disfrute, vamos, vamos, no está tan malo estar solita. Bien, seguí leyendo y moviendo los pies al rítmo de la melodía.

¿Te vas adormir? Ok. No, no, no... nada de meterse al chat "por las dudas". Y a no llorar en la almohada. Fue una excelente noche. Comiste rico, bebiste, te relajaste y perfumaste tu casa, escuchaste "Venus as a boy" con las piernas en alto, tenés las uñitas impecables... ese color rojo está bueno... mmmm... yo sabía. Y sí. Hacelo. No sé... pensá en alguno que te guste. Armá la escena. Y obvio, borracha te ponés más zarpada. Epa...

Listo. Dulces sueños.

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