:: Historia de un perfume ::


Él lo compró por el frasquito, la marca y el precio. Muy contento lo regaló. Con moño. Nunca lo olió. Cuando ella lo hizo notó que era un almíbar de señorona vieja. Él sospechó que era un poco fuerte, pero siguió feliz por su gran regalo. Ella lo usaba mucho para que se gaste rápido empeorando la situación de aroma fuerte y dulzón. Le dió ternura, sí, pero en le fondo hubiera preferido que fuera el perfume que a ella le gustaba.

Años después, cuando no fueron más novios, ella se compró el que quería aquella vez. Vió en la vidriera el perfume dulzón y sonrió con nostalgia mientras pagaba el otro.

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