:: Historia de un vaso ::


La Nona lo compró para cuando viniera su nieta. Hacía juego con el platito que también era de princesa. Cuando vinieron, la nieta tomo del que era suyo, un AVENT todo mordido y sólo quería comer del plato de su mamá. Ella pensó que ya era hora de que su nieta comiera sola y que tomara en vasito, pero no dijo nada. No le gusta polemizar.

El plato lo usó para darle de comer a Shimi, la gatita. El vaso quedó en el fondo de la alacena. Años. Un sábado de limpieza general la Nona lo separó y a la tarde se lo regaló a la vecina.

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