:: Historia de un perro con chaleco ::


La señora estaba contenta, se lo había tejido anticipándose a los primeros fríos. Le divertía mirar al perro con chaleco dando vueltas intentando sacárselo, morderlo. Al principio se refregaba el cuerpo contra la pared, ella lo escuchaba de la cocina y apuraba el mate para pispearlo por la ventana: “Bonito, ya se va a acostumbrar”, pensaba.

El perro con chaleco dormía mucho después de esos momentos de tensión. Y ella lo miraba descansar abrigadito y se sentía reconfortada. Él nunca pudo decirle que el cuello del chaleco le picaba. Ladró y lo explicó moviéndose. Ella embelesada mirando el chalequito de punto jersey no lo pudo comprender. Él prefería el chaleco del invierno pasado. Era de plush. Suavecito.

No hay comentarios: